jueves, 11 de septiembre de 2014

"COMO ANARQUISTA, LE TEMO A ESA BOMBA..."

Ante la explosión de una bomba en el Metro de Santiago de Chile, con civiles y clase obrera lesionados y, ante las constantes acusaciones y calumnias en contra de los que profesan el anarquismo estamos en la obligación de realizar nuestros descargos.

Lo principal es señalar en simples palabras qué es o qué busca el anarquismo en su esencia o fenomenológicamente hablando; a través de la historia y del análisis sociopolítico de cómo debe construirse la sociedad han surgido diversas concepciones de los estados de naturaleza en que vive el ser humano (teorías contractualistas), todo con el fin de justificar la existencia de las instituciones estatales y lo que denominan "el contrato social" por medio del cual, la sociedad, de una u otra forma delega su soberanía en otro ser, a quien le otorga autoridad con diversos fines, ya sea de protección, ordenación o lisa y llanamente, nos gobierne. Para entender esto, es necesario hacer referencia a los siguientes filósofos:

Thomas Hobbes cree que el estado natural en que vive el ser humano, es un estado de guerra interminable de todos contra todos (o sálvese quien pueda), porque no existen normas objetivas y porque las personas son egoístas, como esto es perjudicial para todos, acuerdan en renunciar a sus derechos y cederlos a otro que los garantice, quien es, el poder soberano, quien sin participar de ese contrato social no está obligado para con los súbditos.

John Locke proclama que el estado de naturaleza del ser humano consiste en la libertad e igualdad entre ellos, manteniéndose así, hasta que acuerden someterse a una autoridad. ¿con qué objeto?, el de resguardar la ley natural otorgada por Dios de la propiedad privada y de proteger y conservar sus vidas, ya que reconocen en los hechos que este principio de igualdad y libertad no es respetado.

Jean-Jacques Rousseau señala que el estado de naturaleza es el de la pureza humana y que el ser en su desarrollo en sociedad o civilización desarrolla vicios, conflictos, pasiones y desigualdad, por lo que se acuerda en delegar soberanía en un superior para que devuelva al humano a su estado de naturaleza que proclama, traducido en la creación de una República.

Ahora, basándonos en estos tres personajes podríamos decir que el estado de naturaleza del anarquista consiste en la libertad e igualdad de todos los seres vivos del universo y no solo los seres humanos de la tierra, que las personas nacen y desarrollan sus primeros años de vida en un estado natural, en un mundo invadido por multiplicidad de pensamientos que tienden constantemente a imponerle como ser, y que luego de alcanzado un grado de desarrollo de la razón, concibe que su raciocinio no lo hace superior ni inferior a nada ni nadie, y que la capacidad de pensar se le dio para comprender a la naturaleza y ayudarse mutuamente en sus constantes ciclos a mantenerse y desarrollarse, tanto entre las personas, animales y plantas y que logrando esta armonía no necesitan delegar nada a nadie. (Se profundizaría más este tema, pero es objeto de otra investigación).

La existencia del Estado o de un ser superior puede haber sido acordada en algún momento como señalan esos filósofos (mas para nosotros fueron impuestos por la fuerza y la sangre), pero luego, todo aquel nuevo humano que nace se encuentra con la existencia de un estado sobre el cual no le preguntaron su existencia, es así que su sola existencia es un acto de poder sobre los otros, olvidandose muchas veces que existió primero el ser humano y sus derechos naturales, que el estado hace suyas y las convierte en un mandato creado por seres perfectibles que cometen errores, provocando que asimismo se desarrolle la sociedad.

El egoísmo es dado por un sistema que cree en la propiedad privada y en la que casi todo ha sido privatizado, impidiendo inclusive la autosuficiencia alimentaria (algo esencial para la existencia física), ocasionando que la única forma de poder comer se traduzca en la capacidad adquisitiva de comprar el alimento y para completar el circulo haya que someterse a la explotación del patrón o del estado para comprar alimento.

Localmente hablando, en la historia de la formación del país que se llama Chile, toda su estructura histórica está formada en base a dictaduras militares que coartan las libertades personales cada vez que se encuentran más desarrolladas junto a sus consciencias y que imponen el sometimiento a normas subjetivas de creación humana con énfasis en un sistema económico de corte liberal.

Esta constante liberalización del mercado en el que casi todo pasa a pertenecer a manos privadas (leáse grande capitales privados) generan por una parte que ese "contrato social" no sirva, ya que el poder soberano no cumple su rol protector de la sociedad, sino solo el de ciertos intereses económicos y a la vez, que todo sea privatizado ocasiona un malestar generalizado que se puede oler, ver y sentir en la sociedad, que ataca (al menos verbalmente), repudia y desconfía de ambos, tanto del estado como del empresariado.

Decir quién coloco ese artefacto explosivo sería especular, como el estado y el mercado lo hacen con nosotros, pero el que desde un primer instante se sindique como anarquista ese acto demuestra una falta de objetividad, al ni siquiera haber investigado e inculpar a alguien; una falta a la verdad al hacer creer que el anarquismo es malo al odiar al estado (siendo todo lo contrario por las razones que hemos dado) y enfermar a la población sometiéndola a un estado de terror que la hace cada vez mas dependiente de la autoridad.

Como señalamos y la historia lo confirma, la historia chilena (y del occidentalismo) están formados a punta de especulaciones, conspiraciones y finalmente, de armas; lo que nos hace creer que ante el significativo despertar y descontento social, la desconfianza en las instituciones estatales y económicas, han creado una imagen de país desestabilizado para la inversión extranjera, y por otro lado, la existencia de una legislación que no se adecúa al control social que quiere ejercer el poder (estatal y económico) sobre la sociedad, fue necesario crear una justificación que permita por un lado crear desconfianza entre las personas y que solo confíen en el poder con quien han celebrado "el contrato social" que los poderosos no quieren perder y, por otro lado, lograr una legitimidad por parte de la población en aprobar la creación de un sistema de constante vigilancia y consecuncial sometimiento al poder, ya que todo lo que hagas será observado.

Ya lo decía George Orwell en su libro "1984": La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza.


Frases que parecen contradictorias, pero que se traducen en lo siguiente: Con la guerra alcanzaremos la paz, la libertad te la podemos dar pero solo a través de una constante vigilancia del Gran Hermano y, solo por medio de la ignorancia de lo que ocurre realmente en el mundo y cómo se maneja este, se mantiene a los que detentan el poder en sus puestos; algo que puede ser aplicable a los gobiernos hoy en día.

No rechazamos la violencia, pero aplicada solo como mecanismo de legítima defensa ante algún ataque o violencia que se ejerza sobre nosotros o los más desposeídos, por lo que negar la violencia sería una hipocresía, tal como lo hacen los grupos que en su momento llamaron a los militares a la calle a matar al que pensara distinto y hoy dicen que ese acto no tiene justificación, o aquellos que en su momento se opusieron ferreamente a la dictadura militar, siendo perseguidos algunos por muchos años, perdiendo amigos y familiares, pero que hoy en día están de acuerdo en seguir aplicando el sistema económico dejado por Pinochet.

Además de todo lo que he señalado anteriormente, se debe considerar que somos personas que tienen familia y que esto, acompañado de la fraternidad que sentimos con las clases obreras y mas desposeídas, no vemos como un enemigo directo a la sociedad, sino que al contrario, la idea es que más gente conozca en que consiste el anarquismo y tenga una impresión correcta para que lo considere, estudie, reflexione y, si es posible, llegue a ser un anarquista más, para que camine junto a nosotros en el camino de la libertad en armonía y del orden sin gobierno.

Es así, que no podemos estar de acuerdo con esa bomba que afecto a personas que no detentan ningún cargo de poder que nos oprima y que nos obligue a reaccionar en legítima defensa, tampoco podemos avalar un acto que no tiene sentido alguno, más que el ayudar a fortalecer los mecanismos y aparatos de defensa del estado con la venia de la atemorizada población, la que ocasiona que este futuro acrecentamiento de los aparatos represivos del estado tenga legitimidad; hacer esto sería una contradicción en atención a nuestros principios y lo que creemos.

Esa bomba nos podría haber afectado a cualquiera de nosotros o nuestras familias o cercanos; esa bomba fue sindicada de inmediato hacia los anarquistas sin justificación ni comprobación alguna, por lo que de estas dos formas, como anarquista, le temo a esa bomba...

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