En el mundo de la
salud el virus o enfermedad es algo que se contrapone a la buena salud, el
virus siempre se incuba en una pequeña parte de su huésped, alimentándose de
él, creciendo a costa de él, sobreviviendo a costa de él, multiplicándose a
costa de él, ocasionando a su vez, que el huésped se debilite, tenga
alucinaciones, actúe irracionalmente, tenga conductas que no se condicen con el
normal actuar de un huésped sano e incluso puede provocar su muerte para que
existan solo virus.
Creo que lo
anterior todos lo sabemos, pero si llevamos esto mismo aplicado en otro plano
veremos que hay similitudes, aún cuando hablamos de distintos sujetos, así por
ejemplo, si vemos nuestra conciencia
política ya sea anarquista (de preferencia), marxista, socialista, comunista,
etc., (entiéndase estos dos últimos como los de verdad y no los reformados al
capital) nosotros seriamos la buena salud y, por otro lado, el Estado, el
capitalismo, el liberalismo, el fascismo, etc., serían nuestro virus o
enfermedad, pero no nos engañemos, ya que debemos pensar a la vez que nosotros
somos un virus o enfermedad para ellos.
Finalmente, de
esta observación queremos crear una conciencia de que el virus es capaz de
destruir a su huésped y si nosotros pensando como lo hacemos somos el virus de
este sistema político, social y económico impuesto, y aunque seamos uno dentro
de la familia o del grupo de amigos o de donde sea, si logramos crear la
conciencia que nosotros tenemos en los demás, ya dejaremos de ser un virus
indefenso y comenzaremos a expandirnos. Es importante siempre actuar como se piensa
y tratar de vivir conforme a ello, desde lo más mínimo como por ejemplo tratar
de cultivar tus propios alimentos para no depender de las fluctuaciones
económicas, tratar de reciclar ropa para no solventar a las grandes marcas,
etc., ese pequeño germen tuyo siempre existirá y se podrá propagar a otros para
que de cierto modo puedas convencer de tu justicia a los demás, ya que como dice el adagio matemático “el todo es mayor que la suma de sus partes” y, por otro
lado, no sentirte tan solo en la lucha diaria de tener que vivir en un mundo
donde todo funciona en contra de lo que tú piensas.
Si lo piensas, no
es malo ser un virus en este mundo, ya que sentirse bien en un mundo enfermo no
es algo sano, y si ser un virus puede llegar algún día a destruir este mundo
artificial que nos han creado, por mi lado, prefiero ser un virus.